Riquelme y Battaglia al descubierto: La verdad sobre Alan Varela

En una charla sincera, Riquelme y Battaglia hablan sobre Alan Varela y su futuro en Boca. Ambos tienen claro su papel y saben lo que se juega en el club. Una historia que muestra la interna del equipo.

En el seno de Boca Juniors, se desata una verdadera batalla campal, en la que los ecos de una interna peligrosa reverberan con cada revelación. Una trama secreta que Olé anticipó tres años atrás resuena en la memoria colectiva de los hinchas, porque hoy, a tres años de los sucesos, uno de los protagonistas se atreve a hablar. Las insinuaciones por el armado del equipo constituyen el trasfondo de una historia dolorosa, en la que Sebastián Battaglia fue empujado a no alinear a Alan Varela, un talento que posteriormente brillaría en la Selección Argentina y se convertiría en una millonaria venta al Porto. En ese contexto, su decisión de alinearlo como titular generó un choque monumental con Juan Román Riquelme.

“Me cuestionaron por qué Varela debía jugar, y hoy se fue al Porto, citado a la Selección con un presente brillante. ¿Quién tiene la culpa, el Consejo o los periodistas? Cada quien sabe lo que dijo y lo que hace”, afirmó Battaglia en el programa Boca de Selección, celebrando su audacia a pesar de la oposición interna. Su convicción, como un faro, siempre estuvo clara, incluso en momentos de caos.

“Es una serie de tensiones que provocan incomodidad laboral. Mis convicciones son firmes; cada uno tiene su visión de las cosas”, agregó en el programa Decime que se siente, reflejando el quiebre de una relación que, ya desgastada, estaba al borde de una ruptura total.

¿Qué ocurrió en aquel momento crítico? Tras su explosiva aparición junto a Miguel Ángel Russo en 2021, Varela fue relegado por diferencias contractuales que lo mantuvieron alejado del primer equipo durante un tiempo. Sin embargo, la convocatoria de Battaglia para un partido crucial ante Arsenal, desoyendo consejos de renombrados ex compañeros, marcó un punto de no retorno.

Esa decisión, tildada de rebelde, generó un intercambio de palabras áspero con Riquelme en Boca Predio, donde el ex capitán espetó: “¡No te creas que sos el dueño del club!”, arrojando más leña al fuego de una relación que ardía desde el escandaloso episodio conocido como el “micro gate”.

Para abril de 2022, la atmósfera se tornó irrespirable. Battaglia llegó a sentir que la inestabilidad era su única compañera, presionado para perder y ser separado del cargo. Las decisiones de alinear a Varela fueron solo un ejemplo de las pugnas de poder en juego, donde el entrenador debía ceder ante presiones que muchas veces ignoraba.

El entorno de Battaglia sugería que las recomendaciones de alineación provenían de figuras como Patrón Bermúdez y Raúl Cascini, quienes, en última instancia, buscaban justificar compras injustificables y dar tiempo de juego a aquellos que habían sido traídos. Mientras que Battaglia prefería promover a jóvenes talentos como Varela, a quienes conocía de la Reserva.

A pesar de la normalidad que se podría atribuir a las conversaciones entre un entrenador novel y ex compañeros de renombre, el clima se tornó hostil. Desde el desastre del “micro gate”, donde Riquelme tomó el control de la situación, la fricción se intensificó aguardando un desenlace inevitable.

“Riquelme pensó que podía manejar todo, pero no. Seba ahora pelea por su visión”, aseguraban desde el entorno del DT, como un eco de las tensiones existentes. Unos días después, Battaglia decidió alinear a Varela de manera definitiva, catapultando al joven hacia un futuro brillante y definiendo su propia senda profesional.

Finalmente, esa elección, tras las tensiones acumuladas, resultó en una renovación del contrato para Varela, quien de ahí en más se convirtió en un pilar del equipo. Battaglia, por su parte, fue despedido de forma abrupta en una estación de servicio, el epílogo de un capítulo turbulento. Tal como él mismo comentó, más de tres años después: “La verdad no duele, lo que realmente lastima es la mentira”.